viernes, 16 de febrero de 2007

El glamour de los Goya y la soledad de Basta Ya

En menos de veinticuatro horas, he asistido a dos acontecimientos muy distintos en sus contenidos pero con conexiones entre sí.
El sábado asistí al espectáculo que todos los años por estas fechas nos ofrecen los actores de este país. Se esforzaron en tratar de conseguir que fuera ameno. Como casi siempre y pese a que ese es su oficio, no lo consiguieron plenamente.
Sí lograron dejar bien claro, que están con la libertad de expresión, y tal como lo manifestaron, parecían referirse a "Su libertad de expresión", aunque pienso que lo dejaron caer con cierta ambigüedad calculada para así poder contentar a todos.
Presionados por los acontecimientos del año pasado y de este, se hicieron tímidas declaraciones a favor de las víctimas del terrorismo, y solamente, en algunas honrosas excepciones, fueron claros y rotundos a la hora de pronunciarse.
Los actores, como tantos otros personajes públicos de este País, que tienen el privilegio de llegar a la gente e influir por lo tanto en la opinión pública, tienen la obligación moral de denunciar las injusticias de todo tipo y procedencia, pero salvo algunas destacadas y plausibles excepciones, la mayoría, se limita a pedir ambigua y egoístamente, libertad de expresión, como si no disfrutaran de ella.
En la mañana del domingo, en la Campana de la Paz doscientas personas, arropamos con nuestra presencia a la caravana del Colectivo Basta Ya, que recorre el país en un enorme grito, proclamando a los cuatro vientos, la tremenda injusticia que se está cometiendo con ellos.
¿Además de los doscientos, dónde estaban los cien mil restantes habitantes de Alcobendas a las once de la mañana del domingo día 1 de Febrero, que no se dignaron pasar por la Campana de la Paz?.
¿Dónde estaban los jóvenes de Alcobendas que muchas veces y con razón piden instalaciones y servicios para ellos, pero que en esta ocasión brillaron por su ausencia?.
Para el próximo año, propongo que se inviertan los términos de estos dos acontecimientos:
El colectivo basta ya, ocupará el lujoso teatro que utilizan los glamourosos y ostentosos actores, gozando por lo tanto de una audiencia de millones de espectadores.
Los actores, vendrán al arroyo de la vega, y, en la Campana de la Paz, con una audiencia de doscientas personas, podrán lucir sus armani y demás modelitos, mientras piden más libertad de expresión para ellos.
Libertad de expresión, siempre. Pero sobre todo para aquellos cuya utilización supone poner en peligro su vida.

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