jueves, 15 de febrero de 2007

No nos engañemos

El cambio climático al que nos enfrentamos no desde ahora, sino desde hace muchos decenios, es irreversible, por eso se duda que exista solución a este tremendo problema, ni a medio ni a largo plazo y no porque no sea material y humanamente posible, que lo es, sino porque no existe voluntad de llevarlo a cabo.
Esta es la explicación que con más frecuencia se escucha hoy en día y que no aporta todos los elementos de juicio que yo considero entran en juego para llegar a una conclusión que considero definitiva: No tenemos margen ni de tiempo ni de movimiento para impedirlo, se nos ha pasado el tiempo y no podemos volver atrás.
Es tarde, muy tarde para reparar todos los destrozos que desde los comienzos de la revolucíón industrial hemos infligido a este hermoso planeta. Lo hemos machacado de tal forma que lo hemos dejado irreconocible.
No hay espacio en él que continúe intocable, ni siquiera en las selvas más recónditas, donde la mano de esa plaga llamada humanidad, ¡qué contrasentido!, ha llegado para violar, esquilmar y destrozar los últimos resquicios vírgenes de este planeta. Pesimista?. Es posible, no estoy en posesión de la verdad, pero un análisis muy elemental de la observación de la vida diaria nos arroja un balance desolador.
No necesitamos contemplar la espantosa contaminación de las grandes concentraciones industriales que a todos los niveles existen en el mundo, basta con salir a la calle cada día para sufrir la tremenda contaminación acústica y atmosférica provocada por los automóviles, en cada calle de cada ciudad de cada país de este sufrido y agotado planeta Tierra. Hago extensible este panorama a los mares convertidos en estercoleros y a los cielos en fuente de contaminación y ruido.
Soluciones?. Paramos las fábricas que contaminan, impedimos la circulación y la fabricación de automóviles y otros medios de locomoción aéreos y marítimos contaminantes y tomamos otras muchas medidas de forma tajante e inmediata para detener el desastre que se avecina y lo que lograríamos sería una catástrofe aún mayor. Paro a gran escala, desabastecimiento y por último la paralización y el bloqueo total a todos los niveles.
Claro que quedan soluciones intermedias, que pasarían por controlar las emisiones contaminantes, limitar la circulación, buscar energías alternativas, etc. En eso estamos desde hace años y así nos va, cada vez peor. Y no hay más salidas, no nos engañemos.
El último, que cierre la puerta.

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