jueves, 15 de febrero de 2007

Me paso al baloncesto

Después de seguir durante todo el campeonato del mundo al excelente equipo español de baloncesto y haber obtenido todas las posibles satisfacciones que un aficionado puede esperar, he decidido pasarme a este deporte en lugar de soportar a los prepotentes, chulescos y soporíferos cantamañanas del equipo nacional fumbolero en las pocas ocasiones que los veo, afortunadamente sólo cada cuatro años.

A partir de ahora trataré de disfrutar de este emocionante, gratificante e intenso deporte, que cada vez tiene más adeptos en este país y que ahora, tras haber conseguido el equipo nacional el título mundial, ha dado a sus seguidores y a los que no lo son la mayor de las satisfacciones que pueden esperar, dando una imagen de equipo unido, capaz y sobre todo, luchador, alejado de los endiosados y frustrantes futbolistas, que continuamente defraudan a sus seguidores, que en este caso son una inmensa mayoría que no merecen el trato que se les da.

Los jugadores de un equipo nacional de cualquier deporte, son unos privilegiados que representan a su país, donde millones de seguidores se vuelcan con ellos siguiéndoles con ilusión y un entusiasmo que a veces raya en la exageración, pero en cualquier caso, confían en ellos. Tienen por lo tanto una gran responsabilidad y defraudarlos, sobre todo cuando se debe a una falta de motivación y esfuerzo, como es el caso de los futbolistas, supone una falta de respeto que debemos denunciar, seamos seguidores ó no.

Soy un ciudadano de un país al que están representando y, como tal, me repugna el comportamiento de unos y alabo la actitud, el esfuerzo y los resultados de los otros, que sin necesidad de de egolatrías ni demás alharacas previa, son capaces de dar espectáculo y sobre todo, resultados, satisfaciendo a los seguidores que, como en esta ocasión, hemos visto compensadas todas las esperanzas depositadas en ellos.

Me sorprende también la actitud de un entrenador, me refiero al de fútlbol, claro, que afirmó renunciar a él si los resultados no acompañaban y que ahí sigue; no ha tenido la dignidad de dejar un puesto, que ahora, no le corresponde. Claro que también habría que hacerles dimitir a la mayoría de los jugadores que, ahora, se integrarán en sus equipos donde les pagarán cantidades millonarias que ofenden a cualquiera por excesivas e inmorales. Así que prepárense, porque empieza el insoportable tostón semanal liguero, pero alégrense, porque a partir de ahora tienen la alternativa del baloncesto. Enhorabuena a este fabuloso equipo, a su entrenador y a sus seguidores.

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